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sábado, 11 de mayo de 2013

El paro y sus consecuencias educativas.


El desempleo es el paro forzoso o la situación en que un trabajador no tiene ninguna ocupación laboral, es decir, es la situación forzosa de falta o pérdida de empleo, o la carencia de trabajo entre aquellas personas que desean tenerlo para acceder a unas cuotas aceptables de bienestar.

Ocupa el primer ligar en la lista de las preocupaciones de los españoles que mensualmente elabora el CIS (Centro de investigaciones sociológicas).

Existen numerosas consecuencias que acarrean estas situaciones de desempleo, destaremos diez:

·         La disminución de los ingresos de las familias afectadas.
·         Desmotivación en la educación.
·         Retardo en la edad de emancipación juvenil.
·         Paternidad atrasada y baja natalidad.
·         Puede crecer la tensión entre empleados y las situaciones laborales encubiertas.
·         Reducción de la demanda por la pérdida del poder adquisitivo entre los parados.
·         La criminalidad.
·         La escasez laboral actúa de refuerzo para la expansión de la economía sumergida, cuyos índices son mayores en nuestro país y cuyas consecuencias son bien conocidas: trabajadores desprotegidos, fraude fiscal, competencia desleal…
·         Despilfarro de recursos.

 

Podemos encontrar noticias tan alentadoras como estas:

“El primer trimestre de 2012 se llega al máximo histórico de desempleo en números absolutos según la Encuesta de Población Activa, con 5.639.500 personas sin trabajo que representan una tasa de desempleo del 24,44%”

“Los jóvenes saldrán a la calle porque no tienen nada que ofrecerles”

“Los estudiantes calientan motores para la huelga estatal de educación”

“Cinco alumnos más en clase, 2.600 docentes menos”

La Comunidad de Madrid ha perpetrado unos recortes en educación que afectan drásticamente la calidad de la enseñanza. Estos recortes suponen el despido de 2.500-3.000 profesores, pese al creciente número de alumnos, La falta de personal necesario se va a traducir en un aumento del paro y el empobrecimiento de la atención que recibirán los alumnos:
 
·         Pérdida de apoyos y refuerzos.
·         Pérdida de desdobles para laboratorio, conversación en inglés.
·         Aumento de alumnos por aula (de 25 a 30)
·         Disminución de las optativas.
·         Disminución de actividades extraescolares.
·         Disminución de horas de biblioteca.
·         Pérdida de la posibilidad de ir al aula de informática.
·         Menos profesores de guardia.”

 

Pero no sólo sufre las consecuencias del paro los mayores, ni los jóvenes, sino también los niños.
 

A pesar de que podamos pensar que los niños no entienden la nueva situación y que les está afectando, que uno de sus padres se encuentre sin empleo puede generar problemas emocionales y de conducta en los menores.



Muchos de estos niños sienten inseguridad, miedo por lo que sucederá en el futuro, preocupación por el mal clima familiar… Si el desempleo provoca dificultades económicas serias que hagan que tenga que cambiarse de escuela o que la familia tenga que mudarse en busca de un nuevo trabajo, el niño estará aún más afectado. Si, además, presencia discusiones entre los padres por cuestiones económicas, el niño puede angustiarse por el temor a una posible separación de sus progenitores.

Cuanto mayor es el niño, más problemas puede sufrir, ya que es más consciente de la situación familiar. Algunos de los síntomas más claros que puede sufrir el niño son los siguientes:

·         Ansiedad y estallidos de rabia sin explicación.
·         Disminución del rendimiento escolar.
·         Peleas y comportamiento agresivo.
·         Alteraciones del sueño (insomnio, pesadillas, terrores nocturnos…)

 

Ante estas conductas hay que tomar medidas. Ignorarlas pensando que ya se le pasará o que tenemos problemas más graves que atender, podría empeorar estos problemas. Estos son algunos de los consejos que pueden ponerse en práctica para ayudar al niño a sobrellevar la situación:

·         Escucha al pequeño y comunícate con él. Intenta explicarle la situación con calma y tranquilizarle respecto al futuro.
·         Intenta solucionar los problemas de pareja y no tener discusiones delante del niño.
·         Mantente atento a las señales de tristeza, agresividad o ansiedad para ayudarle lo antes posible.
·         Habla con su profesor sobre el problema. Si los síntomas interfieren gravemente en su rendimiento escolar y sus relaciones con los otros niños, busca ayuda psicológica.

 

En nuestra labor educativa como docentes también es necesario tener en cuenta ciertos factores, ya que la situación actual de desempleo e incluso desalojo de los hogares, hace que algunos niños vivan en situaciones precarias y la familia no cumpla o no pueda cumplir con sus obligaciones necesarias para el buen desarrollo tanto emocional como afectivo o físico del menor.

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